ASESORIA
DE IMAGEN PERSONAL
CRÓNICAS
DE UN PELUQUERO
LOS
INJERTOS EN IMAGEN PERSONAL
Es
indudable que el cabello, por diversas razones históricas y culturales es
fundamental y goza de un
protagonismo especial en el ego externo de la persona. Es por eso que
desde que el hombre sufre la pérdida de un valor de tan vital importancia para su imagen, no ha cesado en la búsqueda,
en el inmenso reto por encontrar algún remedio, ya sea ungüento o medicamento,
capaz de amortiguar o eliminar ese
quebranto devolviendo al individuo la sensación de vitalidad y seguridad
que la carencia de tan preciado elemento le arrebata.
La última y más novedosa práctica, como respuesta
a dicha pérdida, está siendo la del micro trasplante, también, y lo digo con pleno convencimiento, la única
que restablece la confianza y autoestima en la persona, siempre, claro
está, que todo el transcurso tenga lugar
con ética y profesionalidad.
Se trata de injertar cabellos, de y en propia persona, que previamente se han
extraído de aquellas partes de la cabeza
donde los cabellos son perdurables
como: las áreas de los parietales
y la nuca, puesto que es un cabello que no se ve afectado por la alopecia
androgénica; principal motivo de calvicie y por tanto reúne las condiciones adecuadas para ser implantado en las zonas más despobladas o carentes de
cabello, es decir, donde se hace visible la alopecia.
La técnica F. U. E. Extracción de unidades foliculares, según el
doctor Ramón Vila-Rovira, es una técnica muy avanzada en el
campo de la cirugía folicular y consiste en extraer, de manera minuciosa, una,
dos o tres unidades foliculares acompañadas de sus correspondientes estructuras:
papila dérmica, folículo, glándulas sebácea y sudorípara, músculo erector, grasa subcutánea y capilares adyacentes.
Una vez comenzada la extracción, se
mantendrán todos los caballos en condiciones óptimas de hidratación,
temperatura y demás exigencias, para que en el momento de abordar la
implantación, todos los cabellos o unidades foliculares se encuentren en perfectas condiciones de conservación,
teniendo en cuenta que pasadas seis horas fuera del organismo puede comenzar el
deterioro de las unidades extraídas.
Para
imitar la distribución del cabello natural y evitar el efecto denominado muñeca,
se implantan en primera línea, donde
tiene lugar el nacimiento del pelo en la zona de la frente, unidades
foliculares de uno o dos cabellos y a continuación, para dar sensación de
espesor o consistencia, unidades
foliculares de tres o cuatro cabellos.
Aunque se puede hacer sin rasurado total, para no
dilatar el proceso es conveniente
afeitar, principalmente, la franja donante y si fuera necesario para facilitar
los implantes, también, la parte receptora, todo bajo anestesia local, no sin
antes haber estudiado y diseñado ambos campos de manera minuciosa.
Además
de los conocimientos y las habilidades de los cirujanos, ya sea para la extracción como en la implantación, se
utilizan herramientas de alta resolución y definición matemática desde: microscopio binocular
estereoscópico a distintos micro
bisturís circulares, evitando causar
deterioro en las unidades foliculares y que todos los folículos gocen de la dirección,
profundidad y ángulos adecuados en sus micro
incisiones, garantizando, así, la integridad y funcionalidad de todas las glándulas.
Forma
parte de esta novedosa técnica el
denominado sistema ARTAS, técnica robotizada, que permite reducir la tarea de la extracción en tiempo muy considerable seleccionando las unidades foliculares más óptimas, o lo que
es igual, con mejores condiciones para
el implante, todo gracias a un procedimiento “inteligente” de imágenes y
robótica de estricto rigor, mínimamente invasivo.
La
sutileza de este robot permite visualizar el cuero cabelludo en tres
dimensiones, establecer la distribución
de las unidades foliculares y trazar un
mapa de ordenación, trayectoria y ángulo de cada cabello con suprema exactitud. Ese ojo perspicaz, mediante un brazo robótico, introduce unas agujas, dos para ser preciso, en las unidades foliculares más indicadas para
el implante y con una sonda las extrae sin dejar marcas perceptibles. No quedan
heridas ni cicatrices donde se ha ocasionado la extracción por ello los resultados son naturales.
Este proceso está muy lejos de realizarse mediante la vista y el brazo humano.
Las
incisiones para alojar los micro injertos son de dimensiones muy reducidas y por tanto poco ofensivas. No existe el
conflicto de rechazo porque el organismo
reacciona reconociendo el injerto como
fragmento propio originando las circunstancias, de riego vascular, adecuadas para alimentar y ayudar a que este se rehabilite y perdure.
Dada
la escasa agresividad que requiere esta técnica; acabada la intervención el
paciente abandona la clínica con unas mínimas recomendaciones de higiene y de
reposo y en pocos meses se habrá logrado la total regeneración de su renovada cabellera.
Y
aunque la calvicie nunca fue motivo de
exclusión social, si contribuye de
manera definitiva transfigurando y empobreciendo la imagen de la persona. Pero a partir de estas prácticas, podemos
estar seguros, se inicia un nuevo
periodo que, por fin, pondrá remedio a la alopecia.
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